sábado, 10 de octubre de 2009

Mi confrontación con la docencia

¿Mi confrontación con la docencia?

Contaré brevemente mi inicio en la docencia, cómo me siento en mi labor docente, cuál es mi compromiso como maestro trabajando con jóvenes bachilleres y cuáles son mis satisfacciones.

Por mi inclinación a la poesía decidí estudiar Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Estudié en el sistema abierto porque desde muy joven tuve necesidad de trabajar, este sistema me permitía estudiar y trabajar. Me he formado básicamente como autodidacta. Ahora considero que ésto me ha servido para mi práctica educativa. Tratar de concientizar en lo importante que es la autodisciplina. Nosotros somos lo que debemos llegar a nuestro objetivo por nuestros propios medios. Nadie hará por nosotros lo que nosotros debemos hacer. Constancia, disciplina y responsabilidad; son tres palabras esenciales para lograr nuestros objetivos.

Me inicié como profesora, después de haber trabajado diez años en otras áreas. Nació mi hijo y ya no pude trabajar por un tiempo, me titulé e inicié mis labores docentes en la UNITEC por un breve tiempo. Desde el 3 de septiembre del 2003 trabajo como profesora impartiendo la asignatura de Literatura en el Colegio de Bachilleres, Plantel 5 “Satélite”. En el Colegio he aprendido muchas cosas en los múltiples cursos que he tomado en los campos disciplinario, metodológico y psicopedagógico. Tengo que reconocer que el Colegio me ha ayudado a formarme como profesora. He descubierto mi vocación ya que me gusta mucho lo que hago.

Ser profesor es un gran compromiso, ya que somos el ejemplo a seguir de los jóvenes, no debemos olvidar esto. Ellos todo el tiempo nos están estudiando. Son nuestros mejores jueces. Debemos hablar con los hechos más que con las palabras. Lo que considero más importante de ser profesor es tener una actitud de coherencia con lo que decimos y hacemos, ser lo más justos y responsables que podamos ser. Convivir con jóvenes de 16 a 17 años, aproximadamente, me mantiene alerta y activa. Trato de tener en mente que son personas en proceso de formación. Que día a día están adquiriendo, o deben estar adquiriendo buenos hábitos, valores, conocimientos básicos para ser independientes y en eso los profesores formamos parte fundamental.

Mi mayor satisfacción es ver que lo que estoy haciendo tiene sentido. Lograr que ellos vayan madurando y formando su propio criterio, me motiva a seguir mi labor docente. El interactuar con los estudiantes nos va desarrollando una habilidad receptora de sensibilidades. Somos como sicólogos innatos.

Y quiero citar lo siguiente que resume lo que considero es mi labor docente:
“Estamos llamados a asumir responsabilidades: somos buscadores y constructores de virtud, de bondad y de valores.”[1]
[1] Suárez Díaz, Reinaldo. La Educación. Trillas, México. 2002.

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